



Se accede al interior a través de una puerta de aire manierista sobre la que campea el escudo de los Austrias. Desde el cuerpo de guardia podemos acceder a las diversas partes que forman el conjunto de la fortaleza. En ella, además de visitar el sistema de protección exterior construido en torno al foso, en el que actualmente viven algunos ciervos, podemos contemplar el gran patio de armas constituido por una doble arquería en la que alternan arcos de medio punto y carpaneles que apoyan sobre pilares de piedra en su parte inferior y de ladrillo en la superior. La pequeña iglesia es del siglo XVII, está dedicada a San Pedro y tiene una interesante portada barroca, además de pinturas murales obra de Topete.



Solo teneís que visitar la Ciudad de Jaca.